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ISSN 1989-4163

NUMERO 117 - NOVIEMBRE 2020

 

El Infinito de Juan Lozano

Francisco Gómez

¿Tiene el infinito memoria? ¿La eternidad guarda memoria del tiempo? El título del esperado y nuevo poemario de Juan Carlos Lozano Felices es hondamente reflexivo, evocador de los tiempos idos pero que guardan en nuestro corazón un álbum en la memoria de nuestros días.

Como dice en el acertado y agudo prólogo, José Luis Zerón Huguet, “su escritura, sin abandonar el espacio cotidiano, se va haciendo más compleja, honda e introspectiva”, desde “Tiempo di valse” (1987), “Soliloquio del auriga” (2013), “El nadador del crepúsculo” (2015) y la plaquette “Naturalmente amarte” (2019) y el libro que nos ocupa. Un poeta de alta mirada, pausado en la escritura de su obra como algunos de sus referentes, como apunta Zerón; Jaime Gil de Biedma y Constantino Cavafis, “una poesía de repliegues interiores y aproximaciones a las cosas tangibles”.

Este poemario de Juan Lozano esperaba leerlo desde hace tiempo. Su poesía me llega dentro y trae calma, equilibrio, reflexión, evocación sin amagos de derrota absoluta. Recuerdo elegante de los tiempos hermosos cuando los sueños y los días nos esperaban con los besos abiertos.

Pido perdón a Juan por haberle “acusado” de ser un poeta culturalista. En “Memoria de lo infinito” las referencias eruditas se reducen a las citas de poetas y escritores al principio de los capítulos y podemos encontrarnos algunas en poemas como el que cierra el libro “Vers la Flamme”, identificables muchos con ecos literarios, musicales y cinematográficos. Aquí deseo hacer referencia a los culturalistas y a los culturetas. Juan puede ser y no es culturalista. Su poesía es profunda, reflexiva, evocadora sin caer en el pesimismo (otro error por mi parte) y humana. Te habla a Ti, lector de poesía, a tu yo profundo que ha vivido, ha ganado y perdido, ha visto cómo el tiempo marca surcos en tu piel. Sin pedanterías ni esnobismos ni apuntes culturales difíciles de situar. El cultureta es el supuesto agente cultural que habla, escribe y vadea su acervo sin conocer bien de dónde vienen las voces apuntadas y se pavonea de su supuesto saber que no tiene.

No es el caso de Juan Lozano y nuestro poeta lo realza muy bien en su nuevo poemario. Juan publica sus libros a cuentagotas con maduración y exigencia en la creación de sus versos y se nota. Prefiero a los escritores y poetas como Juan que quieren trascender por su poesía, sin prisas y autoexigencia. Que no van de poetas sino de ser un buen esposo y un buen padre.

Esperaba leer este libro con ansiedad, lo reconozco. Al igual que disfrutaré con la lectura del nuevo poemario de Eloy Sánchez Rosillo o las nuevas antologías de Luis Rosales y Claudio Rodríguez, poetas como Juan, humanos con todo lo que implica la extensión de este necesario concepto.

Os dejo con algunos fragmentos de “Memoria de lo infinito” que os recomiendo viva y encarecidamente, editado por Sapere Aude desde el Norte. Juan Lozano ha traspasado las fronteras locales y provinciales. Su poesía merece permanecer en el tiempo y el latido de sus lectores.

De “Solución final”

…......
Qué haremos, di, si nadie
vive dos veces el mismo verano
si nadie pacta dos veces la misma sombra

La nostalgia evocadora sin pesimismos

De “Traspaso de poderes”

Nunca sabremos si las cosas
pudieron ser mejor de lo que fueron,
si perdimos todas las patrias
y convinimos un punto de no retorno
De “Totentanz”

Definitivamente, lo sabes
se han ido los tiempos galantes
en que sobornamos al mundo
Se han ido los héroes
de sueños clavados en los brazos
aquellos que derrocharon sus herencias
como si no tuvieran un pasado

La derrota con esperanza

Si rozas a diario un millón
de diminutos naufragios
y los derviches siguen girando
como hélices en la profundidad del verano
….....
hazme caso, vadea los ríos oscuros
con enamorados en el fondo

El Amor, siempre. ¿Qué sería de nosotros sin nuestra esencia...?

De Reflejos

….....

 

Amamos porque hemos
atravesado los espejos
Hallando en su profundidad
tormenta y medida
Si amamos
es porque seguimos pidiendo
una señal para perdernos

Seguiremos con la lectura de tu poesía. Honda, reflexiva, evocadora, nostálgica, Humana. Amadamente Humana.

 


 

 

infinito 

 

 

 
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